Corría 1996 y un grupo escocés cocía alternativas europeas al grunge, en un horno pop de leña, tirándo al fuego letras bien cuidadas, melodias vocales perfectas y arreglos elegantes. Por aquel tiempo Isobel Campbell todavía se centraba en el cello y las segundas voces y no en los mozalbetes rudos de voz cavernosa, como haría más tarde. Era 1996, la Eurocopa de inglaterra,y un poco más arriba, unos chicos elegantes se sentían siniestros
El “Surfista Profundo” ha vuelto. Como casi cada año, aprovecha la época invernal para encerrarse en el estudio y dar forma a nuevas canciones. A pesar de que el bueno de Jack, si de algo peca es de repetitivo, esta vez parece querer dar un (pequeño) cambio de rumbo a sus composiciones. Junto al disco, estrena imagen, con una media melena a la que no nos tiene acostumbrados, y puede que sea un presagio de lo que nos quiere regalar con el nuevo disco: un sonido más duro y compacto, más “de banda”, más alegre y optimista y menos intimista en las letras. Pero no nos engañemos, Jack Johnson nunca nos sorprenderá con un gran disco original y novedoso, pero nos sigue enamorando cada verano
